Lo único rescatable de los últimos días del Diego es su intención de rodear a Messi de jugadores que lo puedan entender. Está claro que Higuaín tiene más chances de tirar una pared con Messi que Palermo, como también es más esperable que se entienda con Aimar que con, por ejemplo, Román. Y le tengo una fe ciega a Enzo Pérez, que está en el mejor momento de su vida.
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